Mi columna en DEIA, Volver a empezar
CREO que fue a partir de la universidad cuando me di cuenta de que los años no empiezan en enero sino que realmente lo hacen en septiembre. Para mí y para todas las generaciones que pudimos empezar a disfrutar de casi tres meses de vacaciones, nos resulta fácil de entender. Por eso creo que las empresas tienen una gran oportunidad, ahora mismo, para empezar a analizar su compromiso con las nuevas tecnologías, aprovechar de verdad la oportunidad que suponen las redes sociales y encarar sin miedo este nuevo curso, que a mi entender empieza ahora.
DESCONOZCO QUE DESCONOZCOVolver a empezarPOR JUAN DE LA HERRÁN - Lunes, 1 de Septiembre de 2014 - Actualizado a las 06:02hCREO que fue a partir de la universidad cuando me di cuenta de que los años no empiezan en enero sino que realmente lo hacen en septiembre. Para mí y para todas las generaciones que pudimos empezar a disfrutar de casi tres meses de vacaciones, nos resulta fácil de entender. Por eso creo que las empresas tienen una gran oportunidad, ahora mismo, para empezar a analizar su compromiso con las nuevas tecnologías, aprovechar de verdad la oportunidad que suponen las redes sociales y encarar sin miedo este nuevo curso, que a mi entender empieza ahora.Llevo tiempo diciéndolo, pero pocas compañías lo han asumido. Su página web sólo sirve para que busquen la dirección y número de teléfono. Las empresas siguen empeñadas en gastar dinero en el diseño y los colorines de su página y no se han enterado que lo importante son los contenidos. Dar información relevante que cambie diariamente, o semanalmente si no tenemos recursos suficientes, y convertir nuestra web en una web de contenidos. El contenido es el rey y el formato de blog es la solución perfecta para vender nuestros productos y nuestra compañía. Todo ello adaptado al nuevo concepto de ordenador que es nuestro smartphone y tablet.Los gerentes se compran el teléfono más caro y que tiene mayores prestaciones, pero no han mirado siquiera si su página está adaptada para que pueda ser vista con ellos. Aprovechemos nuestros teléfonos inteligentes, aprendamos a usar las apps (aplicaciones), dediquemos unas horas a saber utilizar esa herramienta que nos va a ayudar a trabajar de una forma más eficaz y a estar permanentemente unidos a nuestros clientes a través de las redes sociales.Y por favor, dejemos ya de pensar que no quiero estar en las redes sociales porque los clientes van a criticar y hablar mal de mis productos. Pero, ¿tan malos son tus productos? En el ecosistema social podemos encontrar un aliado. Conseguir que aquellos usuarios y consumidores que aman nuestros productos, sean nuestro principal vendedor. La gente se fía de las opiniones (no de una simple opinión) de la gente que conoce y ha utilizado nuestros productos. Ir creando una comunidad de forma natural, paso a paso, con la que podemos incluso aprender a mejorar nuestra receta, nuestra forma de vender, escuchando a nuestros clientes. Empieza el año, empieza a cambiar.
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