Mi columna en DEIA, La vuelta al cole
Como todos los años, en estas fechas comenzamos a acordarnos del peso que portan nuestros hijos en sus mochilas y cómo cada kilogramo de este peso nos ha costado su precio en oro, oro que ha pasado a engordar las carteras de los presidentes y directivos de los grupos editoriales, ya que muchísimas imprentas continúan cerrando.
DESCONOZCO QUE DESCONOZCO
La vuelta al cole
JUAN DE LA HERRÁN - Lunes, 2 de Septiembre de 2013
Ikastola, colegio, escuela, andereño, profe, tiza, pizarra, EGB, LOGSE, Gizarte, Matemáticas,... la vida sigue igual y la tecnología no acaba de entrar de verdad en los modelos educativos. Poner pizarras electrónicas o que cada alumno cargue con un ordenador no es aplicar la tecnología en las aulas, es algo parecido al cambio que supuso sustituir el tintero y la pluma por el bolígrafo, introducir un avance en la misma rueda de contenidos. Y esa es la palabra mágica: los contenidos educativos. Este año seguiremos forrando libros y las editoriales volverán a respirar sabiendo que han vuelto a superar la crisis del sector, salvado un montón de puestos de trabajo. Eso sí, de sus directivos, porque la imprenta hace años que cerró aquí y también los libros nos vienen de China.
Sustituir los libros en papel por un lector digital o por una tablet es un paso que quizás revierta en la salud de los alumnos; su columna vertebral no sufre al no tener que arrastrar más la mochila cargada de cuadernos, pero no se refleja en un avance a nivel de formación. Que el libro de texto esté en la tablet y no sea más que una simple copia escaneada del original en papel es desaprovechar la capacidad de este tipo de dispositivos a la hora de avanzar en el aprendizaje. Hace falta adaptar todos los contenidos educativos actuales y convertirlos, docentes incluidos, en verdaderos contenidos educativos digitales.
Está claro que esto no es fácil y aquellos que tienen la experiencia y el verdadero conocimiento, que son las editoriales, no van a dejar escapar la gallina de los huevos de oro hasta el último minuto. Estos nuevos contenidos tienen que abarcar todas las etapas. ¿Qué es eso de ponernos ordenadores o tablets desde cuarto; no, mejor desde quinto, o por qué no desde tercero? Tienen que ser accesibles, funcionar tanto con conexión a Internet como sin ella, adaptados a cada necesidad educativa, algo que no lo marca la edad o el curso sino cada niño, permitiendo la manipulación y experimentación, donde el niño ve sus progresos y avances ya que se adaptan a su ritmo, lo que al final repercute en la autoestima de los alumnos. Todo con sonido y vídeos. Estudiar como si fuera un videojuego, facilitando enormemente el seguimiento por parte de los docentes. Y se dan pasos, lo sé, pero no es suficiente. Hay que hacer más.
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