POR JUAN DE LA HERRÁN, * JUANDELAHERRAN.COM - Lunes, 6 de Agosto de 2012 - Actualizado a las 05:37h
EXISTEN muchas aplicaciones (app) que instalamos en nuestros ordenadores o teléfonos móviles y que se pueden utilizar sin pagar por la licencia de uso. Pero cuando nos circunscribimos únicamente a nuestros smartphones, hablar de que el uso de un determinado programa es gratis, no creo que sea del todo verdad. Decir que WhatsApp es gratis puede parecer verdad. Al fin y al cabo es tan sencillo como descargarlo en nuestro teléfono, instalarlo, aceptar las condiciones de uso, sí, esas que nadie nos leemos, y ya podemos empezar a mandar mensajes a discreción, aparentemente sin coste alguno.
Pero en lo que no reparamos, es que esta es una de esas aplicaciones que requiere estar conectado a Internet para que funcione. Por tanto, deberemos tener un contrato especial con nuestro operador de telefonía móvil denominado contrato de datos. La mayoría de los proveedores tarifican este tipo de servicio en función del consumo que realicemos al navegar por Internet. Nos suelen proponer contratos, según ellos de tarifa plana, de entre 100 megas hasta 1 giga. Hasta que se consuma lo que has contratado puedes navegar a máxima velocidad y una vez que has llegado al consumo máximo puedes pagar por un bono que amplíe tu contrato o navegar a velocidad mínima, que yo suelo denominar como navegar por el ciberdespacio. ¿Cuánto tengo que contratar? Para mí existen tres cosas que tengas lo que tengas vas a gastar siempre. El sueldo, el disco duro y los megas contratados para navegar por Internet con tu teléfono móvil.
Todas esas aplicaciones que hemos denominado gratuitas, son consumidoras de megas de navegación, lo que quiere decir que tengo que tener contratada una línea de teléfono móvil, pero con un contrato de datos. Si antes, por poner un ejemplo, tenía un consumo de 30 euros mensuales de teléfono móvil, ahora al tener una tarifa con acceso a Internet, pago 60 euros. Conclusión, usar WhatsApp me cuesta 30 euros mensuales. Sí, ya sé que además ahora puedo navegar, consultar mi correo y muchas más cosas, pero que nadie me diga que ese uso es gratuito.
Sigo sin acabar de entender por qué se ha hecho tan popular un servicio de envío de mensajes a través de móvil, como WhatsApp. Cuando yo quiero enviar un mensaje a través de Internet me gusta más utilizar el correo electrónico. Puedo guardar una copia de mis mensajes, ordenarlos y clasificarlos, mandar a varios remitentes, y sin depender de quién tiene WhatsApp o no.
Pero existe un caso más curioso de aplicación, que según la CMT, Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones, es libre, pero que yo creo que no. Me estoy refiriendo a las llamadas telefónicas mediante los teléfonos móviles, pero a través de Internet. Un ejemplo es el de Skype. Un programa muy sencillo, que con solo instalarlo en nuestro smartphone nos permite realizar llamadas a través de Internet. Pero si las operadoras detectan que estás haciendo un uso extensivo de este tipo de servicios pueden hacer que el programa deje de funcionar.
La CMT dice que esta práctica es ilegal, pero las operadoras lo hacen. Es curioso que al preguntarles a estas compañías por qué te han cortado el servicio, la respuesta es que se debe a una anomalía del software y niegan que ellas sean las responsables de ese corte. Si te das una vuelta por las tarifas de datos de las operadoras móviles te encontrarás que tienen, además de las tarifas normales, unas aún más caras, que incluyen 100 megas extras para llamadas Voz IP. Demostración evidente de que son ellas mismas las que capan este servicio. Escudarse en que la sostenibilidad de estas compañías depende del uso de la red de telefonía y no de la de datos no es excusa suficiente.
Por cierto, cuidado los amantes del WhatsApp que viajen al extranjero. Su tarifa de datos solo sirve para territorio nacional y cuando se hace uso de Internet desde el extranjero se tarifica por cada KB de información que se envía. Ya he tenido varios conocidos que me han venido con la sorpresa de la factura del mes de julio y sus vacaciones al extranjero.
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