En mi artículo anterior, publicado en 2021, exploraba la capacidad de Facebook para segmentar anuncios en base a datos demográficos básicos. Sin embargo, hoy en día, la red social ha refinado aún más sus técnicas de seguimiento y análisis, llegando a niveles que rozan la ciencia ficción.
La película "Minority Report" ya no parece tan futurista. Facebook, a través de su inteligencia artificial, es capaz de analizar nuestras publicaciones, fotos e incluso conversaciones en WhatsApp para inferir información personal con una precisión asombrosa.
Un caso real: la campaña de Signal en Instagram
En 2021, Signal, una aplicación de mensajería que prioriza la privacidad, intentó realizar una campaña publicitaria en Instagram. Su objetivo era concienciar a los usuarios sobre la cantidad de datos que Facebook recopila. Sin embargo, Facebook prohibió la campaña. ¿Por qué? La publicidad de Signal mostraba el siguiente mensaje: "Hola Nekane, sabemos que tu perra Laika disfrutó del paseo que hiciste al monte y como sabemos que ahora tú también disfrutas del yoga, queremos ofrecerte un descuento en nuestra ropa".
¿Cómo pudo Signal saber el nombre de la perra de Nekane y sus hábitos de ocio? La respuesta es simple: Facebook lo sabe.
La vigilancia silenciosa de la IA
Facebook no solo recopila los datos que proporcionamos explícitamente, como nuestro nombre, edad o ciudad. Su inteligencia artificial analiza cada interacción, cada imagen y cada mensaje para construir un perfil detallado de nosotros.
En el caso de Nekane, la IA de Facebook pudo inferir que tiene una perra llamada Laika al analizar una foto que subió junto a ella. De igual manera, pudo saber que disfruta del yoga al analizar publicaciones relacionadas con esta actividad.
¿Privacidad o comodidad? Un dilema actual
Es cierto que las redes sociales nos ofrecen servicios gratuitos a cambio de nuestros datos. Sin embargo, la magnitud de la información que Facebook recopila y su capacidad para analizarla son alarmantes.
La pregunta que debemos plantearnos es: ¿hasta dónde estamos dispuestos a ceder nuestra privacidad a cambio de la comodidad y el entretenimiento que nos ofrecen estas plataformas?
Más allá de la configuración: una vigilancia sin límites
Es importante recordar que la información que Facebook tiene sobre nosotros va más allá de lo que configuramos en nuestro perfil. La IA de la red social es capaz de extraer datos incluso de aquellos campos que no hemos rellenado explícitamente.
En el caso de la pareja de Nekane, Facebook podría inferir su nombre a partir de sus interacciones, fotos o incluso conversaciones en WhatsApp, aunque no figure en su perfil.
Conclusión: un futuro incierto
El caso de Signal y la capacidad de Facebook para rastrear nuestra información personal nos demuestran que la privacidad en la era digital es una batalla constante.
Es fundamental que seamos conscientes de la cantidad de datos que cedemos a las redes sociales y que tomemos medidas para proteger nuestra privacidad.
En el futuro, es probable que la vigilancia digital se intensifique aún más. Debemos estar preparados para defender nuestros derechos y exigir mayor transparencia en el manejo de nuestros datos personales.
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